En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones

Publicada el 09 de Mayo del 2023

Jesús a través de distintas imágenes nos describe y enseña cómo es el Reino de Dios, uno que comienza aquí y ahora, y que alcanza su plenitud en la vida eterna.

Una de esas imágenes es la de una casa con muchas habitaciones. Es una manera acogedora de describir aquel lugar donde todas y todos tenemos nuestro propio sitio, nuestra habitación.

Aquel espacio asegurado para nosotras y nosotros podemos ordenarlo y decorarlo reflejando lo que ha sido nuestra vida, la forma en que se ha moldeado nuestra personalidad y nuestra historia. Dios reconoce así todo lo que somos, sin dejar nada afuera.

De igual forma debe ser comprendida la comunidad de la Iglesia que se levanta desde la diversidad de personas, con sus realidades e historias, incluida por cierto la orientación sexual.

Dejar fuera a cualquier bautizado que pertenece a la comunidad LGBT+ es despojarla de su habitación prometida, algo que va en sentido opuesto de la acogida que quiere Jesús, reflejo de la voluntad y la acción de Dios.

La acogida que Jesús anuncia, la promesa de que hay muchas habitaciones en el Reino de Dios, se hace bajo una condición que no podemos olvidar: el techo es el mismo para todos.

La Casa del Padre invita a compartir y reconocernos desde la diferencia. La realidad de ser cristiana y cristiano no es una de individualismo o soledad, más bien, de estar con otros. Solo así se vive profundamente la experiencia de ser seguidores de Jesús.

“En la Casa de mi Padre hay muchas habitaciones”. Desde la diversidad, desde nuestras diferencias, estamos invitadas e invitados a aprender a compartir viviendo en esta Casa, lo que da sentido profundo y verdadero a la vocación cristiana.

Padis+, Pastoral de la Diversidad Sexual