Homilía en la misa aniversario de Padis+

Publicada el 28 de Noviembre del 2022

Este sábado 28 de noviembre nuestra Pastoral de la Diversidad  Sexual, Padis+, celebró sus 12 años de vida. Coincidiendo con el inicio del tiempo litúrgico de Adviento, renovamos nuestras esperanzas y nuestra tarea de llevar la  Buena Noticia de Jesucristo, sobre todo, en medio de quienes por su orientación sexual, son perseguidas y perseguidos.


En este primer domingo de Adviento, reconocemos dos temas centrales:

El primero: el levantarse, ponerse a caminar y salir al encuentro del Dios que viene.

El segundo: la espera entre la noche y el día.

Sobre el primer tema, vemos que en la primera lectura se habla de “subir” a la montaña de Dios. En la segunda lectura, San Pablo se refiere al tiempo de espera como el tránsito de la noche y el día. En el Evangelio, a su vez, se trata de estar alertas y prevenidos. En cuanto al segundo tema, entenderemos por aquella vigilia como el tiempo de espera para encontrarnos con el “Dios que Viene”.

Muchos siglos atrás, un rabino preguntó a sus alumnos si sabían cuando terminaba la noche y comenzaba el día.

Un alumno sugirió:

–“Cuando ves un animal en la distancia y puedes distinguir si es una oveja o una cabra”.

Otro dijo:

–“Cuando ves un árbol en la distancia y puedes decir si es un manzano o una higuera”.

Cada uno de sus alumnos iba dando respuestas parecidas y ninguna parecía satisfacer al maestro.

Éste les dijo:

–“Amanece de verdad cuando miras a la cara de cualquier ser humano y ves en esa cara el rostro de tu hermana, tu hermane o tu hermano. Si no ves esto, sea la hora que sea, para ti es todavía de noche”.

La primera lectura nos recuerda que Dios creó al hombre con destino a la vida inmortal, plena y feliz. Lo creó libre. La libertad tiene tanto de dignidad como de riesgo. El hombre puede caminar a Dios o contra Dios. Desgraciadamente, el hombre, por la libertad mal entendida, cada vez que duda de los dones de Dios y hace mal uso de su libertad, termina sin encontrar aquel amanecer que lo libera de los prejuicios hacia el otro y lo hace seguir caminando en la oscuridad del no reconocer a la otra/ al otro como alguien tan rico como sí mismo.

Con el inicio del Adviento, nuevamente la Ruah, nos invita a orientarnos en busca del amanecer.

El día de ayer, en la eucaristía que algunos de nosotros tuvimos la dicha de participar, Nicolás nos invitaba a reconocer los signos actuales que como sociedad nos hacen seguir caminando. Y si estamos aquí es porque, justamente, seguimos viendo amaneceres para nuestro colectivo y continuamos luchando para que, paradójicamente, quienes no nos quieren, puedan también encontrar el amanecer.

En este caminar de doce años de nuestra Padis+, ha sido para muchas y muchos, el fin de la noche y el inicio de un nuevo amanece. Desde nuestra precariedad y limitaciones, sin querer, nos hemos convertido en signos para otras personas que, en su oscuridad, buscan el nuevo día.

“Desde esta perspectiva, el Adviento es un tiempo muy apto para vivirlo en comunión con todos los que esperan en un mundo más justo y más fraterno, y que esperan en un mejor mañana. En este compromiso por la justicia pueden unirse de algún modo mujeres y hombres de cualquier nacionalidad y cultura, creyentes y no creyentes, pues todos albergan el mismo anhelo, aunque con motivaciones distintas, de un futuro de justicia y de paz. La paz es la meta a la que aspira la humanidad entera. Un canto de paz resonó en los cielos cuando Dios se hizo hombre y nació de una mujer, en la plenitud de los tiempos (cf. Ga 4, 4)”.

En este nuevo caminar que como cristianos iniciamos hoy y que culminará en la noche en que ya no buscaremos aquella estrella en el firmamento, sino que miraremos cara a cara al Dios-que-Viene, pidamos a María, quien se convirtió en la portadora del nuevo amanecer, nos haga reconocer realmente a la hermana, al hermane, al hermano como si nos recociéramos a nosotros mismos.

Amén.


Padis+ 12 años